Convocatoria Asamblea Extraordinaria N°169
“Es un proceso que arrancó y nadie lo va a parar”, afirma con convicción la exdiputada Zoila Rosa Volio Pacheco, impulsora de la “Ley del cannabis para uso medicinal y terapéutico y del cáñamo para uso alimentario e industrial”, vigente en Costa Rica desde marzo de este año.
Así lo expresó tras conversar este 14 de septiembre con la Directora Ejecutiva y la coordinadora de Capacitación, ingenieras agrónomas, Lorena Carballo Batista y Mailin Sandí Marín del Colegio de Ingenieros Agrónomos, donde asistió para coordinar acciones promocionales y formativas relacionadas con este tipo de plantaciones en el país.
La génesis de esta novedosa normativa surgió durante su participación en un congreso en México sobre cáñamo y cannabis medicinal. “Ahí me percato del potencial que tenían esos cultivos en un país como el nuestro con vocación agrícola, con las mejores condiciones climáticas, que podemos sembrar lo que queramos, ya sea con riego o con drenaje; cuando al estar ubicados en el centro de América se facilita exportar a los Estados Unidos y Europa, o sea un país ideal con todo para producir este cultivo, pero en ese momento sin una normativa legal que lo regulara, esa fue la motivación para hacer el proyecto de ley.”
Mientras comentaba sobre los alcances de esta iniciativa, hizo una pausa para rememorar lo que estima como otra significativa motivación para escribir su propuesta de ley. “Desde pequeñita recorría con mi papá, Claudio Volio, fincas de caña de azúcar, café y ganado de leche, desde entonces se manifestaba mi amor por la tierra, los cultivos y las ciencias agronómicas. Mi papá tenía formación agronómica y fue el primer ministro de Agricultura después de la revolución del 48, en el Gobierno de Otilio Ulate, y siempre sembró en mí ese amor, dedicación e importancia de proyectar la labor del agro. Con él viví experiencias maravillosas; estando en el colegio fui testigo de la redacción del programa Volvamos a la tierra y eso hizo que se metiera en la sangre con mayor fuerza la inclinación por la agricultura”.
“Recuerdo cuando don Luis Alberto Monge y Francisco Morales, sentados con mi papá en el comedor de la casa, junto a ellos, oírlos hablar de ese plan y otras buenas ideas, y mientras mamá me decía váyase para adentro, don Luis Alberto le insistía: déjela porque ella tiene que aprender de esto. Así siguió siendo, sin embargo, mi mamá era una mujer muy tradicionalista y no podía entender cómo su hija menor quería estudiar algo que en ese momento era de hombres, quería que estudiará idiomas y prepararme para ser una buena ama de casa, pero con el apoyo de mi papá, decidí estudiar fitotecnia y luego una licenciatura en derecho”.
Al retomar el hilo de la conversación sobre el impacto de la ley aprobada justificó su viabilidad y apuntó aspectos sobre la implementación de sus alcances; entonces se le consultó sobre las críticas que refieren la falta de conocimientos técnicos, carencia de investigación y experiencia aplicada de estos cultivos en el país, al respecto respondió con énfasis: “La experiencia mundial está, los conocimientos, las técnicas de cultivo, las semillas certificadas están, o sea, está todo; lo que debemos tener son las ganas de hacer bien las cosas porque muchas veces nos ponemos en una zona muy cómoda y no queremos incursionar en temas nuevos. Hay productores que quieren entrar en esto, como muchos cañeros y asociados de cooperativas que han empezado a investigar para incursionar en este cultivo”.
Ante el argumento de que empresas multinacionales solo están a la espera de la entrada en vigor de los reglamentos para apropiarse de este tipo de producción en el país, con contundencia afirma: “Me hace gracia esas afirmaciones que reflejan total desconocimiento de lo indicado en la ley, cuando mencionan -hay que evitar los monopolios- eso es populismo y política barata. Esa ley la trabajé mucho con José María Villalta, ¿ustedes creen que él con sus posturas conocidas hubiera permitido una ley que beneficiará a las multinacionales para que se apoderan de todo? Precisamente preocupados por esa eventualidad la blindamos de ese tipo de cosas; en ella se establece que el 40% de las licencias del cannabis medicinal son para pequeños y medianos productores. A la gente que habla eso les digo es que no han leído la ley.”
“Mi mensaje hoy para productores y profesionales agrónomos es que esto hay que tomarlo con seriedad, no se trata de que sembremos unas matas y hacernos ricos de la noche a la mañana. Como todo cultivo productivo necesita implementarse con técnicas agronómicas y la guía de un profesional que sepa, desde la traída de la semilla, pues debe ser una certificada que se adapte a nuestras condiciones climáticas, de su manejo científico y que, en caso del cannabis medicinal, requiere una alta inversión.
Por tanto, “hay que informarse, capacitarse, aprovechando la transferencia de tecnología que pueda ofrecer el MAG, INA o el Colegio, pero sin duda tiene que haber un acompañamiento profesional. La parte del financiamiento la ley tiene un impuesto destinado a la banca de desarrollo para poder financiar este tipo de proyectos. Por ejemplo, si los posibles emprendimientos lo hacen seriamente, tienen altísimas posibilidades de lograrlo, pero para llegar a buen puerto, no pueden hacerlo con improvisación, ni se puede hacer sin el acompañamiento profesional y la capacidad financiera para arrancar”.
Consultada sobre el rol del Colegio de Ingenieros Agrónomos en las fases de implementación de la normativa dijo: “Al Colegio lo veo como un sol orientando y facilitando la capacitación, la transferencia de tecnología a través de sus filiales y la investigación en convenios con las escuelas de agronomía. Esta iniciativa nacional no la deben liderar economistas, farmacéuticos, o médicos, por tratarse de cultivos lo debemos manejar los agrónomos.
“Uno de los retos que tenemos como Colegio es iniciar cuanto antes un programa serio de capacitación; me he encontrado, disque organizaciones que ofrecen el oro y el moro y no sabemos realmente quiénes son y cuál es su verdadera experiencia. En cambio, la credibilidad y la solidez del Colegio de Ingenieros Agrónomos, donde estamos los profesionales que conocemos las técnicas de cultivo y tenemos una formación científica, somos los indicados en llevar la vanguardia en la implementación de este cultivo en Costa Rica”.